"El nacimiento de la Heráldica coincide con el desarrollo de la épica de los cantares de gesta, que reflejaban una nueva sensibilidad literaria y el ambiente refinado y ceremonioso del amor cortés. En las narraciones de llamado círculo artúrico no faltan episodios protagonizados por caballeros que portan orgullosos sus escudos de armas.
Aunque al principio los emblemas heráldicos se pintaban únicamente sobre los escudos defensivos, muy pronto lucieron también en las gualdrapas de los caballos, así como en edificios y sepulturas, en sellos, joyeles, y muy variados objetos decorativos, haciéndose hereditarios en determinadas familias.
La Heráldica cumplió entonces su función de reconocimiento interno y externo del linaje, uniendo su suerte a la de esta peculiar estructura social. En esta primera etapa del sistema heráldico solo las personas físicas eran susceptibles de poseer un emblema de este tipo, no las personas jurídicas o colectivas, y menos los entes territoriales, fuesen ciudades, señoríos o principados, que carecieran de soberano o titular correspondiente. Pero poco a poco se inicia una lenta y progresiva tendencia desde las armerías personales a las de dignidad, de modo que empezarán a identificarse, en algunos casos, con el territorio en el que una determinada autoridad ejerce su influencia o dominio. Esta evolución acabará suponiendo la despersonalización de los emblemas heráldicos, que se harán más abastractos y por ello suceptibles de convertirse en símbolo común de los habitantes de una región, país o reino.
Así, las armas del Rey son sus armas personales pero, al mismo tiempo, expresan su dignidad política sobre un determinado territorio. La creciente complejidad de las tareas de gobierno, asignará distintas funciones a los sellos diplomáticos: unos, personales del monarca y sus colaboradores más próximos; otros, físicamente alejados de la persona del Rey, eran empleados por los funcionarios de su cancillería.
Será en los emblemas y en los retratos fisonómicos plasmados en los sellos de validación, donde se manifieste primero, y con mayor claridad, la distinción entre la persona regia, y la organización administrativa que dará posterior origen a la idea del Estado." "Heráldica de la Casa Real de León y de Castilla. Fernando García-Mercadal."
Recorriendo las calles de Toro (Zamora) podemos encontrar una variada gama de escudos en las fachadas de sus casas y palacios. Sin duda un atractivo más en la visita a la sede de "AQUA", próxima edición de Las Edades del Hombre en "Toro 2016". A continuación podéis ver una muestra en el album fotográfico de Santiago Abella en Flickr.
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